La Expresión de la Mirada

Hoy me he dado cuenta de que ya no soy una niña, por mucho que me pese.

Resulta que estos días de atrás mi amiga Helen me ha mandado algunas fotos de nuestra más tierna adolescencia. La primera que vivimos juntas y la única. (En está segunda voy yo por libre, junto con algunas amigas que se enganchan y se desenganchan según el momento.) Sí, lo bueno de la adolestreinta es que el  hecho de tener poder de decisión sobre ti misma -frente a la decisión final que tomaban antes tus padres- hace que puedas hacer pequeños incisos y desaparecer en olas de madurez que al final te acaban arrastrando a la orilla de nuevo.



El caso es que nunca hasta ahora me había dado cuenta de todo lo que puede decir la mirada.

La Expresión de la Mirada. Treintañeros
En este caso dicen "has crecido, te pese lo que te pese". Y con ello no me estoy refiriendo a la aparición de arruguitas o líneas de expresión en mi semblante que son fruto de que me río mucho (como se suele decir), sino que ya no veo esa inocencia, esas ganas de descubrir cosas, de trastear... Sólo veo "quemazón" y donde había alegría ahora veo aburrimiento. Sí, a veces creo que la rutina diaria no acaba cuando sales de trabajar, sino que muchas veces nos envolvemos en rutinas de ocio que nos hace creer que salimos de lo ordinario.

Yo este fin de semana he roto con mi rutina de ocio, decidí quedarme en casa..Un poquito de sofá, mucho zapping y dormir 9 horas. ¡Qué dulce despertar que tuve el domingo! ¡Qué relax! y que poquito me duró. Hoy es lunes y resulta que no noto la diferencia de haber o no salido. Y ahora pienso... "Si lo llego a saber, salgo".

En fin, esto de llegar a los treinta se convierte en un "ni contigo, ni sin ti". Si salgo mal, y si no salgo también.

Chispa... Eso es lo que me he dejado en el camino...  ¿Qué hago para recuperarla?

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