Nuestro Decálogo de la Adolestreinta sigue (esto es un no parar) y es que estamos en plena cresta de la ola chicas, ¡qué queréis que os diga!
Después de los primeros síntomas, todos ellos un poco lapidarios (¡¡y lo que os queda!!), viene uno que está intrinsecamente relacionado con los anteriores y que se da sobre todo en las que sufrimos la Adolestreinta en soltería y mas si vivimos solas...
SÍNTOMA NÚMERO 3
3. Bienvenidas las nuevas costumbres, o no tanto.
Llegas a los treinta hecha un figurín, te lees todo lo que cae en tu mano, haces pilates, te maquillas y todo esto para que cuando estés en un garito alguien te mire y piense "que apañá".
Pero cuando llegas a casa eres el puto amo. Todo tu ser encarpetado se te desborda por el escote y tu Mogli interior sale escopetao a colgarse de las cortinas.
Te sientes en TU CASA. Toda ella huele a ti, a tus manías y costumbres, a tu perfume, a tu detergente...Todo esto ha creado una especie de pseudo habitat en el que te revuelcas cual animalillo salvaje.
Y como tal, empiezas a comer a tu "hora", que es básicamente mordisquar comida constantemente. Haces nidos, llámense así a los bulticos de ropa y zapatos que vas acumulando por las esquinas. Son tus esquinas, las tienes controladas, todas tienen un objetivo y una clasificación interna, pero tu casa parece una pequeña madriguera. La verdad ante todo.
Desarrollas nuevos hábitos alimenticios, que se traduce en mezclar todo aquello que te queda en la despensa porque ayer te cogiste semejante pedo, que se te olvidó hacer la compra.
Todo objeto sólido y liso se convierte en suceptible de ser escrito. Tus notas mentales te fallan, reconócelo, así que vas apuntando todo lo que tienes que hacer en papelitos que pegas a todas las paredes de tu casa. Lo apuntas en las miles de libretas, cuaderno, post-it. Te lo pones en la nevera, en el espejo del baño, en la mesita de noche...Nada funciona mejor que...apuntártelo en la mano. Estilo Memento.
Tu capacidad de selección entre en crisis. Acumulas, modo síndrome de diógenes, todo aquello que ves en la calle, que te dan gratis, que te encasqueta un colega. Y que termina irremediablemente en uno de tus ya conocidos montoncitos.
Y es que cuando vives sola o como mucho con alguien al que
ya le has visto todo lo que le tenias que ver, te dejas de ir. Te asalvajas por decirlo de algún modo. Estás en tu territorio, "este es mi
terreno, aquí yo soy el rey". Te golpeas en el pecho mientras bailas desnuda por
la habitación, porque si, es cierto, uno de los mayores placeres de vivir solo
o en pareja es pasearte en pelotas por donde te pegue la gana, claro que algunas lo llevan más allá... ;)
1 comentarios:
Te asalvajas cuando vives solo ...y haces lo que te sale ...jajajja Ke bueno Feliz día
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