Lo Trend de ser Treintañera

Como aspirante a egoblogger, y a musa de algún artista incomprendido, el otro día busqué en Google Trends, cuales eran las principales tendencias al buscar la palabras treintañera.

El resultado me gustó, para que negarlo e hizo volar mi imaginación hasta acabar muriéndome de la risa yo sola.

Resulta que los términos más buscados con la palabra treintañera son "fotos treintañeras", "maduras treintañeras" y "vídeos treintañeras".


Como marketiniana que soy me pregunté: ¿cuál será el target que se esconde tras estas búsquedas? Y Esto me llevó a imaginar tres escenarios posibles:

• En el primer escenario, estamos nosotras. Mujeres que buscan fotos de otras mujeres para comparar. "¿Estaré en la línea?" "¿sigo en el mercado?" "¡Que cabrona Paula Echevarría! es tan perfecta...!" Ya os he hablado alguna vez sobre las obsesiones de las treintañeras...

• En el segundo escenario posible imagino a hombres maduros, incluso casados, deseosos de dejar volar su imaginación. Este punto es el que menos me gusta. Estoy harta de ver relaciones que están por estar, y buscan fuera lo que no se atreven a tener dentro.

• Y por último en el tercer escenario se encuentra mi situación preferida... Yogurines que buscan el carisma que sólo una treintañera sabe dar. Chiquitos que se han criado con sus vecinas, con sus primas y que tras su mirada inocente escondían sus deseos más ardientes.

Yo siempre he sido de la máxima de "pon un yogurin (ocasionalmente) en tu vida". En total los "niños" de hoy en día son muy precoces y encima no están tan quemados de otras relaciones como los de nuestras edades. Por decirlo de alguna forma, a nuestras edades los chicos buscan "Lolitas" y nosotras a "El Graduado". Para colmo, lejos de ser sus princesas, -que eso a los 30 es muy repipi-, te tratan como a la puta ama. Tú eres su fuente de sabiduría y es tan divertido saber que tú llevas la batuta...

Eso sí, eso de sentirte como la Sra. Robinson en "El Graduado" está bien por una temporada, pero el ciclo de la vida debe seguir y también os digo, que cuando encuentras una buena mousse, ¡ya no hay yogurín que te sacie!

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