- Cenar antes de empezar a beber.
- No mezclar diferentes tipos de alcoholes.
- Disfrutar de lo que bebés. No ir a matacaballo.
Sin embargo, a partir de los 25 los botellones en la calle, a no ser que sea en periodos de fiestas y esas cosas, empiezan a estar mal vistos. Desde el primer momento en el que empiezas a cobrar tu mísero sueldo de becaria, parece que ya estás obligada a pagar las copas a precio de oro. Ahí, es cuando empezamos a oir esas típicas frases de: "Es que ya no aguanto como antes", "Es que me hace daño al estómago". Lo que traducido a nuestro idioma es "que no tengo tanto dinero, para pagar tanto matarratas".
Yo, -que con la adolestreinta he vuelto a valorar la calidad frente a la cantidad-, he descubierto una nueva ola de botellones en la Capital. Estos botellones, -también llamados eventos, afterworks, cocktails-, se suelen diferenciar de los botellones tradicionales en:
En el último en el que estuve, tengo que decir... que crucé la barrera de lo permisible, y tras el evento se me ocurrió irme a tomar la última con mis amigas a uno de mis antros preferidos de mis tiempos universitarios, el Chapandaz. Toda flamenca, yo, me pedí un cubata, con el resultado, que tras el primer trago, de repente... bajé de nuevo a tierra, y me di cuenta de que al día siguiente tenía que madrugar, de que no había cenado lo suficiente, de que estaba mezclando y de que por si no fuese suficiente saltarme las 3 reglas de un tirón... "no tenía tanto dinero, para pagar tanto matarratas".
- Se suelen celebrar entre semana. Después del trabajo es el momento cumbre de todo nuevo botellón treintañero y las 12 de la noche, -cual Cenicienta-, su hora tope.
- Su objetivo principal es... no sé, la verdad que no lo tengo claro del todo... ¿hacer networking? Por supuesto estos eventos casi siempre tienen un valor comercial... "Yo pongo la bebida, pero tú te tragas la charla sobre lo guay que soy".
- Se bebe en vaso de cristal, sobre todo en copa de balón... que el vaso de tubo nos recuerda al garrafón.
- Y por último, son botellones legales. Se celebran en recintos privados, donde nos atraen con la excusa de la gratuidad o de la exclusividad. Porque somos pobres como ratas, pero como nos gusta "dárnosla de"...
En el último en el que estuve, tengo que decir... que crucé la barrera de lo permisible, y tras el evento se me ocurrió irme a tomar la última con mis amigas a uno de mis antros preferidos de mis tiempos universitarios, el Chapandaz. Toda flamenca, yo, me pedí un cubata, con el resultado, que tras el primer trago, de repente... bajé de nuevo a tierra, y me di cuenta de que al día siguiente tenía que madrugar, de que no había cenado lo suficiente, de que estaba mezclando y de que por si no fuese suficiente saltarme las 3 reglas de un tirón... "no tenía tanto dinero, para pagar tanto matarratas".
4 comentarios:
jajaja ay q m partooo!! no sé si es intencionado xo m dedicaste muchas frases en este post! madre miaaa de verdad fuiste al Chapandaz??!! y recuerda q la q no cena...castigada sin salir el proximo finde!!!!
Grande muy grande Patri! Nuevos botellones con estilo, yo como he vuelto a la Isla he vuelto a los botellones baratunis en el paseo y los coches con musica y las casas de coleguis juasjuas! tuentis no....casi a los 15 he vuelto!!!
Sí, Martita... estuve en el Chapandaz!! jajaja Menudas aventuras... jajaja Y es verdad, la que no cena, castigada sin salir!
Pues Bea, prefiero los botellones en la calle,que me puedo comportar así como que más natural! porque madre mía... lo que se encuentra una por el mundo... Besitos cariño! Ven pronto!!
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