Se sentó animado por nuestra conversación y atraído por nuestra manera extraña de hablar. Comenzó a señalar con el dedo a uno de nosotros dicendo: Lionel Richie, te pareces a Lionel Richie. Nos miramos pensando, pero... ¿ese tío no es negro? Y nos echamos a reir. Ais, Micah ya había entrado en nuestro club adolestreinta sin saberlo y por la puerta grande.
Varias canciones de Frank Sinatra después (que el tío cantaba como si hubiera nacido para ello) nos sacó unas fotos de un sobre. La vieja escuela rezumaba por todos los poros de su piel. Lo vimos joven, unos veinte años menos como poco. Guapo, muy guapo y sonriente, casi feliz. En algunas fotos salía con la que él denominó su novia. Claro, en nuestro afán cotilla le preguntamos que dónde estaba ella y nos dijo que muy lejos, en otra ciudad, en otra vida.
Seguimos mirando los estilismos de antaño curiosos y divertidos. Nos pusimos a lo nuestro un rato porque de momento encartó a charlar con una pareja que llegó al lado nuestra. Micah tiene carisma y les hace reir.
Cuando ellos se fueron él comenzó a guardar las fotos de su novia y lo último que comentó es que él se parecia a Frank, pero a ella le gustaba Lionel. Nos sonrió amargamente al despedirse y nos deseó todo lo mejor.
Me acordé de esta canción que me encanta de Lionel, pero versionada por Faith No More.
Me di cuenta de que es un canto a lo que prodigamos aquí: Why in the world would anybody put chains on me?
Micah, va por ti... grande, que eres un grande!
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