Un guiri más despistao jincandose los Sauza el solito y de dos en dos en el rincón derecho, mis compañeros de curro que han salido a pintaza limpia, el furniture celebrando que uno ha encontrado curro y yo, pos claro, subiendo la música nivel máximo como si eso fuera Maritrini y su radiocasete nuevo.
Claro que cuando estoy cerrando y mi autobus pasa en mi cara (lo que implica que bajar al centro o a mi casa supone cerca de una hora más de espera) y eso me da todo el bajón. Lo achaco a la edad, supongo, pero realmente se que es porque mañana curro otras 12 horas seguidas.
Así que nada, llego a casa y me abro la botella de vino y me pongo música, de la buena, de la que te revuelve las entrañas y me quedo super agusto. A lo Carmina en sus años mozos. Yo sola, sin colas, sin reguetton y sin paseo de la vergüenza. Eso hace que me sienta mejor.
Sin embargo, al día siguiente vuelvo a pensar en el tequilazo que me tomaba si no tuviera que prepararme un examen. Adolestreinta pura... en fin... todo llegará.
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