AdoptaUnOjete.com

He vuelto, cabreado como un mono. Así es amigos y amigas Adolestreintas. Es de imperiosa necesidad sacarme de encima esta ira, esta agotadora experiencia que ha supuesto abrirme un perfil en la ya tan popular página de contactos.

Hago un breve resumen para el que no se haya enterado de cómo va esto de adoptar hombres. Ella se abre un perfil y responde a unas cien mil preguntas, algunas orientadas a lo que nos gusta a nosotros, básicamente sexo. Él se abre otro perfil, responde a otras cien mil preguntas sobre lo que a ellas les interesa: aficiones, preguntas sobre vellosidad corporal y si nos movemos en coche o somos plebeyos consumidores del suburbano. Él llega hasta el perfil de ella con una sola oportunidad: hacer una serie de aspavientos para llamar su atención, "Hechizar" lo llaman. Ella recibe ese "hechizo" y se enfrenta a una difícil decisión: permitir o no que el pobre diablo haga su número de circo para intentar conquistarla.

Dicen que funciona, por eso de que ellas no reciben el acoso de otras conocidas páginas. Con esquivar tu hechizo, ya no puedes molestar más, caes en el olvido como ese walkman que me encuentro cada vez que abro el cajón de los trastos viejos. Esta situación les da cierto poder a ellas lo cual les mola y nos produce a nosotros una cierta sensación de menosprecio e inferioridad que por supuesto nos la suda porque lo único que nos importa en esta vida por lo visto es pillar cacho.

Subí fotos, rellené mi perfil y decidí entrar en el juego como si no hubiera un mañana lanzando hechizos a diestro y siniestro a toda señorita que por sus gustos y apariencia física pudiera coincidir con lo que un servidor anda buscando.

"Beachupi te ofrece la posibilidad de charlar con ella", rugía mi bandeja de entrada. Después de varios hechizos infructuosos a mujeres posiblemente "out of my league", me encuentro con el honor, el placer, la fortuna de poder dirigirme a una "clienta". Pude imaginar entonces como ella sacaba el palo de azuzar esclavos y con desdén golpeaba mi jaula para indicarle a mi amo que quería ver de lo que era capaz.

Yo: Hola que tal, nueva por aquí?

Beachupi: Si, como sabes?

Yo: Tienes pocos puntos y no se explica en una chica como tu... (primera ficha así pa empezar a hablar. Aquí o aprovechas tu turno para ver si te dejan pelear en la arena, o vuelves a la jaula)

Beachupi: Gracias :). De donde eres? <respuesta> A qué te dedicas?<respuesta> Y que tal te va con esto? A mí la verdad es que no me convence mucho, pero no se, por probar...

Cuando has tenido esta conversación más de 5 veces, quieres arrancarte las córneas!! Y créeme, las tendrás, una y otra vez como el día de la marmota hasta que se te vaya la olla, exactamente igual que al protagonista de Atrapado en el Tiempo y entonces tus conversaciones se parecerán más a esto:

Yo: Odio la vida y odio esta aplicación del infierno porque se supone que tengo que decir algo y ya no se me ocurre nada, y mira que he leído tu perfil (de mierda) para ver si se me ocurría algo ingenioso pero nada, estoy exhausto, siempre teniendo que tomar la iniciativa. Y ahí estás tu recibiendo el septuagésimo mensaje del día, hablarás conmigo un rato y pasarás a atender a cualquier otro de los innumerables babosos que has aceptado y con los que tengo que compartir tu tiempo. Pues sabes qué te digo? Que ni te has molestado en rellenar tu anuncio y tampoco estás tan buena. Si te hubiera conocido en un bar seguro que no tendría que hacer cola para hablar contigo.

Amelie: Ahaa... No me rayes tío, esto es así, acéptalo!

Conclusión: Esto es un invento para mujeres. Tengo amigos y compañeros de trabajo que afirman ponerse las botas con esta aplicación. La verdad, no se qué filtro usarán o que clase de fotos habrán subido. Tampoco conozco su habilidad para la prosa o algunas cualidades como su paciencia o constancia. El caso es que a mí no me está funcionando. Solo una cita llegué a tener. Buena chica, muy normal, con sus inquietudes, una conversación agradable... No me entró por los ojos, básicamente porque me esperaba otra cosa, se podría decir que el producto real no era como el del anuncio. Y ya entonces partes de muy abajo por unas expectativas no cumplidas. Es como si vas a ver una peli que te han puesto por las nubes y luego resulta que no era para tanto. No hubo chispa, no volvimos a quedar.

Y entonces es ahora cuando suelto mi reflexión, esa bomba de neutrones, esa ira acumulada sabiendo de antemano que os voy a caer mal, pero me da igual, me conformo con hacer constar que dicha reflexión se basa estrictamente en lo superficial porque seamos sinceros, es de lo que va todo esto.

Hay 50 hombres por cada 5 mujeres. Oferta y demanda de toda la vida. El resultado es que sale carísimo pillar algo decente. Me explico. Pongamos que soy un tio normal, del montón, un 3 en una escala del 1 al 5. Cabe esperar que al estar en la media me corresponda algo normal (superficialmente hablando, repito), ni muy bueno ni muy malo, si tengo suerte obtendré algo mejor algunas veces y otros días me llevaré algo un poco peor. Digamos que en ese conjunto de 5 chicas encontramos una distribución normal:

- Un pivón

- Una chica guapa en el sentido más estricto

- Una chica del montón

- Una tirando a feilla

- Y por último lo que comúnmente se denomina como "Cranco de Cracovia".

El pivón se va solo con sobresalientes, no puede ser menos. La chica guapa normalmente pillará con sobresalientes también y es posible que se le cuele algún notable y entonces tenga que despedir a su community manager. La chica normal que también tiene solicitudes para llenar un trailer, seleccionará cuidadosamente su esclavo quedándose solo con lo que ella considera el pata negra, ese tio en la franja del notable que en un bar puede que no le hiciera caso pero que aquí por alegrarse un día entre semana, bajará un poco el listón. ¿Y qué me queda a mí? El cranco seguramente no tenga ganas de intentarlo con un 3, con lo cual, me toca la fea del baile. Es así, oferta y demanda. Pero esto no es lo peor. Ligarme ese 4 me cuesta horas y horas de conversación, estudiar su perfil, ser ingenioso, hacer un número que la sorprenda y en definitiva, invertir un tiempo que posiblemente no tuviera que invertir en un bar. Con un poco de suerte y algunas copas de más, quizá allí me bastaran los minutos de descuento de la hora de las rebajas.

Y esa es mi experiencia. Esa es mi conclusión. Ligar por aquí sale caro, sobre todo en términos de tiempo, y el resultado es en muchos casos insatisfactorio. En cambio ellas se lo tienen que pasar pipa recibiendo halagos uno detrás de otro, sin arriesgar, sin tomar la iniciativa. Si ya resulta asombroso ver el corrillo de buitres que se forma en ciertos garitos entorno a las tias, esto de ligar por internet es aún peor.

Antes de cancelar mi cuenta haré un experimento. Puestos a hacer el ridículo por qué no hacerlo hasta el final. Voy a subir una foto a pecho partío, pelillos al viento a ver qué pasa. Ya he intentado lo del perfil profundo, bohemio con gustos alternativos y pelis antiguas de Orson Welles en plan hombre reflexivo y solitario en la barra del bar y no me ha funcionado. Ya os contaré qué tal me va, pero vamos, parafraseando a mi fugaz amiga Beapuchi: A mí la verdad es que no me convence mucho.

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