Septiembre sería un gran mes si no fuera por tanta
boda. Aunque has de superar el síndrome postvacacional, sigue siendo un
mes de buen tiempo y no tanto calor, en el que la ciudad vuelve a
despertar y con ella el buen ambiente adolestreinta. Repito, si no fuera
por las bodas. Y es que hay algo en ellas que me cabrea y que nunca
entenderé. Si ya atender tus propios compromisos puede ser agotador, qué
me decís de los de tu pareja. Y digo yo, ¿Por qué? ¿Por qué no llegamos
a un acuerdo? Quizá sea un disparate, un plan suicida, puede parecer
incluso revolucionario pero... ¿Qué tal si tu vas a las tuyas y yo a las
mias? Luego si quieres nos las contamos!!
Yo siempre he pensado que la boda de un amigo es un momento para disfrutar con los amigos. Es el desenlace (irónica palabra tratándose de una boda) de algo que empieza en la despedida y acaba con el sí quiero. Y te alegras por él, porque eso es lo que quiere, o eso espero. Y bebes desde el minuto uno, y te apetece hacer el ridículo, y bailar, y contar anécdotas con esos colegas que por desgracia no ves tan a menudo. Y si de eso se trata, perdónenme la expresión pero, ¿qué coño te aporta la parienta en todo esto? Vale, sí, es algo importante en tu vida, y tu pareja también, es posible que quieras hacerle partícipe. Pero me resisto, no es suficiente argumento. Y lo mismo cuando la boda es del otro. Por lo menos mi mentalidad es de "pásatelo bien con tus amigas, agárrate un ciego y llámame borracha a las 5 de la mañana. Encantado estaré de irte a buscar". Porque a pesar de no vivir eso contigo, estoy loco por ti y aguantaré tu aliento, aguantaré que me despiertes, te desvestiré y pondré el pijama, incluso te pasaré el desmaquillador, como quiera que eso se haga. Y al día siguiente me lo contarás y con el dinero que nos hemos ahorrado nos iremos a cenar, a invertir en nuestras propias experiencias. ¿Hacen falta bodas para eso?
Por supuesto como en toda regla, hay excepciones. Si el que se casa es ese amigo de ese grupo de amigos de toda la vida que ella ya conoce de muchos otros eventos, la cosa puede cambiar. Ha congeniado antes, ha conectado con algunos de ellos, con el que se casa por ejemplo. Si hablamos de aprecio real, si hablamos de que ella es uno más, de que su presencia significa algo para esa pareja que va a contraer matrimonio... entonces debería estar contigo, debe acompañarte, como no. Lo desea ella, lo desean los novios, y lo deseas tú a pesar de que quizá vaya a coartar tu nivel de embriaguez y suponga un motivo más para que te lo pienses dos veces a la hora de tirar el listón de la vergüenza por los suelos. Y si la boda es familiar, íntima, si el color de ese enlace es más bien pastel, llena de parejas... pues mira, se puede valorar. Al final es como otras tantas decisiones, si se hace con sentido común, seguro que estará bien resuelta.
Lo que odio, y con esto acabo, es esa boda en la que la gente lleva a su pareja porque haya que dejarse ver. Por el qué dirán. "Qué pensarán tus amigos de nuestra relación si vas solo". Y ya no hablemos del "voy contigo que no tengo otro plan". Pero luego bien que se quejan de lo que cuestan las bodas, cuando en realidad les encanta jactarse de la cantidad de ellas que tienen. "Mira qué vida más social tenemos", rezuman todos y cada uno de sus comentarios al respecto.
Pero perdón, no acabo. Es más, planteo otra cuestión. ¿Qué os parece lo de los muñequitos? No os hagáis los locos, sabéis de lo que os hablo. Ese momento en la boda en el que los novios se pasean por las mesas con figuritas de recién casaos. Amenazando a los presentes con su entrega y por consiguiente, poniendo los focos de la sala sobre tu estado sentimental. Pretendiendo desnudar tus intenciones de futuro con tu pareja como si debiera ser algo público. Yo he estado en bodas en las que se han repartido hasta 5 muñecos diabólicos, es decir, a todas las parejas allí presentes. Y yo, con mi ignorancia por bandera en estas cosas me pregunto: ¿Esa mierda no se reparte solo a los que ya están prometidos? Conozco un caso concreto en el que ese "premio" supuso incluso una ruptura. Ella quizá más deseosa que él de pasar por el altar, parecía una discusión que ya habían tenido antes. Herida que se abrió en ese momento desangrando la relación. Luego volvieron, supongo que él se replantearía algunas cosas. Pero en ese instante, que le dieran aquel regalo solo añadió tensión a un tema que ya había traído penas. Y todo esto por supuesto a espaldas de unos maestros de ceremonia a los que parece importarles poco estos temas con tal de tener ese momento, ese paseo, esa foto con las demás parejas, como orgullosos de compartir un mismo sino, el del amor lo llaman. ¿Cómo atreverse a extrapolar tu momento con el que viven los demás? Una señora cagada!
Desde el adolestreintamiento propongo quemar esa mesa. La de las parejas. ¿Qué hago con ellas pensará la novia mientras juega al estratego con los sitios disponibles de ese salón maravilloso? Si fulanito hubiera venido solo, lo pongo con los amigos pero al venir en pareja.... Coñazo a la vista. Lo dicho. La vida es mucho más sencilla que todo eso, o debería serlo. Hablen con su parienta y si no lo entiende, búsquense a otra!!
Yo siempre he pensado que la boda de un amigo es un momento para disfrutar con los amigos. Es el desenlace (irónica palabra tratándose de una boda) de algo que empieza en la despedida y acaba con el sí quiero. Y te alegras por él, porque eso es lo que quiere, o eso espero. Y bebes desde el minuto uno, y te apetece hacer el ridículo, y bailar, y contar anécdotas con esos colegas que por desgracia no ves tan a menudo. Y si de eso se trata, perdónenme la expresión pero, ¿qué coño te aporta la parienta en todo esto? Vale, sí, es algo importante en tu vida, y tu pareja también, es posible que quieras hacerle partícipe. Pero me resisto, no es suficiente argumento. Y lo mismo cuando la boda es del otro. Por lo menos mi mentalidad es de "pásatelo bien con tus amigas, agárrate un ciego y llámame borracha a las 5 de la mañana. Encantado estaré de irte a buscar". Porque a pesar de no vivir eso contigo, estoy loco por ti y aguantaré tu aliento, aguantaré que me despiertes, te desvestiré y pondré el pijama, incluso te pasaré el desmaquillador, como quiera que eso se haga. Y al día siguiente me lo contarás y con el dinero que nos hemos ahorrado nos iremos a cenar, a invertir en nuestras propias experiencias. ¿Hacen falta bodas para eso?
Por supuesto como en toda regla, hay excepciones. Si el que se casa es ese amigo de ese grupo de amigos de toda la vida que ella ya conoce de muchos otros eventos, la cosa puede cambiar. Ha congeniado antes, ha conectado con algunos de ellos, con el que se casa por ejemplo. Si hablamos de aprecio real, si hablamos de que ella es uno más, de que su presencia significa algo para esa pareja que va a contraer matrimonio... entonces debería estar contigo, debe acompañarte, como no. Lo desea ella, lo desean los novios, y lo deseas tú a pesar de que quizá vaya a coartar tu nivel de embriaguez y suponga un motivo más para que te lo pienses dos veces a la hora de tirar el listón de la vergüenza por los suelos. Y si la boda es familiar, íntima, si el color de ese enlace es más bien pastel, llena de parejas... pues mira, se puede valorar. Al final es como otras tantas decisiones, si se hace con sentido común, seguro que estará bien resuelta.
Lo que odio, y con esto acabo, es esa boda en la que la gente lleva a su pareja porque haya que dejarse ver. Por el qué dirán. "Qué pensarán tus amigos de nuestra relación si vas solo". Y ya no hablemos del "voy contigo que no tengo otro plan". Pero luego bien que se quejan de lo que cuestan las bodas, cuando en realidad les encanta jactarse de la cantidad de ellas que tienen. "Mira qué vida más social tenemos", rezuman todos y cada uno de sus comentarios al respecto.
Pero perdón, no acabo. Es más, planteo otra cuestión. ¿Qué os parece lo de los muñequitos? No os hagáis los locos, sabéis de lo que os hablo. Ese momento en la boda en el que los novios se pasean por las mesas con figuritas de recién casaos. Amenazando a los presentes con su entrega y por consiguiente, poniendo los focos de la sala sobre tu estado sentimental. Pretendiendo desnudar tus intenciones de futuro con tu pareja como si debiera ser algo público. Yo he estado en bodas en las que se han repartido hasta 5 muñecos diabólicos, es decir, a todas las parejas allí presentes. Y yo, con mi ignorancia por bandera en estas cosas me pregunto: ¿Esa mierda no se reparte solo a los que ya están prometidos? Conozco un caso concreto en el que ese "premio" supuso incluso una ruptura. Ella quizá más deseosa que él de pasar por el altar, parecía una discusión que ya habían tenido antes. Herida que se abrió en ese momento desangrando la relación. Luego volvieron, supongo que él se replantearía algunas cosas. Pero en ese instante, que le dieran aquel regalo solo añadió tensión a un tema que ya había traído penas. Y todo esto por supuesto a espaldas de unos maestros de ceremonia a los que parece importarles poco estos temas con tal de tener ese momento, ese paseo, esa foto con las demás parejas, como orgullosos de compartir un mismo sino, el del amor lo llaman. ¿Cómo atreverse a extrapolar tu momento con el que viven los demás? Una señora cagada!
Desde el adolestreintamiento propongo quemar esa mesa. La de las parejas. ¿Qué hago con ellas pensará la novia mientras juega al estratego con los sitios disponibles de ese salón maravilloso? Si fulanito hubiera venido solo, lo pongo con los amigos pero al venir en pareja.... Coñazo a la vista. Lo dicho. La vida es mucho más sencilla que todo eso, o debería serlo. Hablen con su parienta y si no lo entiende, búsquense a otra!!
2 comentarios:
Ay madreeee pues sí q te aburriste en la última boda!!!!! Yo odio los convencionalismos en sí mismos y no me parece mal q las parejas salgan x separado d vez en cuando xo tb creo q no es lo mismo ir solo a un evento xq así lo habeis decidido q hacer toooodo x separado xq juntos os aburrís...Yo para eso estoy mejor soltera
Pues yo estoy totalmente de acuerdo contigo Instrospectivo... Hay bodas y bodas... y si la boda es de tus amigos, pues nada mejor que celebrar ese fiestón con tus amigos, y llorar, abrazarte, bailar y beber como si fuese su última noche... (Un inciso... me parece, que en lo de venir a recogernos a las 5 de la mañana, te has quedado corto...)
Lo que está claro que llevar a tu pareja porque es lo que hay que hacer... pues no, así pasa lo que pasa...
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