Desde el origen de los tiempos hay personas con las que, pase el tiempo que pase, nunca terminamos de cerrar puertas.
Ya sean amigos fallidos o amores incompletos siempre dejamos un resquicio entreabierto, por si acaso.
Por si acaso... ¿Qué?
Por si acaso un día se alinean los planetas con las estrellas y la historia se reescribe?
Cuando lees un libro da igual las veces que empieces a leerlo desde la primera página, siempre contiene las mismas letras.
Y, con un poco de memoria, sabes lo que le va a pasar a la protagonista durante las siguientes 100,300,500 páginas ....
Las personas no cambian aunque, si, pueden evolucionar algo.
Es como leer un libro que ya has leído y añadir ilustraciones a color.
Por esa evolución es por lo que dejamos ese resquicio abierto, la cerradura sin echar la llave y el candado sin cerrar...
Los amores imposibles se eternizan, las espinas se clavan hondo... Y te quedas esperando a que los planetas se alineen con una pregunta en los labios:
¿Será el final de la historia?
Entonces posa sus ojos en los tuyos un mínimo escueto y maltrecho segundo... Saltan las barreras y vuelve a entrar el aire por el resquicio que nunca llegaste a tapar del todo.
Vuelta a empezar. Tiro la llave al rio y escribo una segunda parte.
Porque de repente me miraste y... ¡Pum! Sonreí.
2 comentarios:
Sencillo y directo.
Besos,
https://confesionesydesvarios.wordpress.com
"Las personas no cambian aunque sí pueden evolucionar", es un axioma.
Aceptemos la realidad. A veces puede reescribirse una historia pero no nos olvidemos nunca del axioma mencionado anteriormente.
Publicar un comentario