El que más y el que menos ya tiene la maleta deshecha, la lavadora tendida y le ha dado caza al eco que habitaba la nevera. Ha sonado el silbato del final del recreo, ha caído el último grano del reloj de playa, las noches refrescan de más en la Sierra y la llamada de la rutina se ha vuelto innegociable. Se acabaron las vacaciones... oh no!!!
Volver a transitar los caminos de siempre, volver a perder la paciencia atascado, volver a despertar antes de tiempo, volver a soportar presiones externas y cuando todo termina tras ocho horas mal vendidas, volver a repetir el día de la marmota una y otra vez...
They say we're young and we don't know,
We won't find out until we grow.
Well I don't know if all that's true,
cause you got me and baby I got you.
Babe, I got you babe, I got you babe...
Pero, ¿de verdad es todo negativo? NO!!! (es una respuesta negativa-positiva, vale?)
Centrémonos en las buenas costumbres de cada semana, en la usanza del por fin es Viernes, o Juernes, qué demonios!, en el hábito de las cañas que desde luego no hace al monje, en la práctica repetida de exprimir el tiempo libre en lo que más nos apetece y compartir el jugo resultante con quien más algazara nos aporte, con quien sume y se consuma en arrugas de sonrisa...
Y girarle la cara a la rutina para que camine por delante a tiro de manotazo en la nalga y sentencia lapidaria:
"No te he echado mucho de menos, querida, pero me alegro de volver a verte".
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