La vida se me ha llenado de preguntas.
Si me echaras de menos, si estaras bien, si la cuesta es tan empinada como la mía o, por el
contrario, la tuya esta siendo cuesta abajo.
Si cada día cuando te despiertas enciendes el móvil con la esperanza de que ese mensaje sea mío.
O no.
Si es un alivio no tener a la pesada que te escribía buenos días cielo.
Si estaras escribiendo, si habras sacado a los perros, si la vida te será más fácil desde que no estoy en ella.
Si echaras de menos tu camisa azul.
Si miras si estoy en línea. Diez veces al día por lo menos. A veces más.
Depende del día.
Si el día es malo, las noches son peores.
Y contadas son las noches que hemos pasado juntos. Las suficientes.
Brilla el sol.
Estoy segura de que a kilómetros de distancia estas sonriendo.
O eso me imagino yo.
Quizás todo fue un cuento. Pero, joder, qué cuento !
Me lo volvería a leer desde el principio. Un millón de veces. Sin cambiar de libro.
Tal vez cambiando unos cuantos detalles. Nada de lo básico.
Y así, van pasando los días.
Sin saber.
Sin creer.
Sin querer creer que igual que comenzó se acabó.
Más de 500 grabaciones de voz. Casi 10 por día.
Estoy segura que, a veces, más.
Me sigo preguntando por qué la vida es tan perra.
Por qué ponerte en mi camino si no era para que te quedaras.
Para aprender me dirán.
Ni que estuviera en el colegio.
Que yo siempre era de las que hablaba en clase y me pasaba notitas.
De las que siempre se quedaba castigada sin recreo.
Aunque luego sacara 10.
Si me examinaran hoy de como sonríes, de como te brillan los ojos cuando estas feliz, de como mueves las manos al hablar, del tono exacto de tu voz cuando me dices "pero como eres tan boba!" y sueltas una carcajada ... No habría escala de puntuación posible.
Y, sin embargo, nunca fuiste mío.
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