"Más se perdió en Cuba y vinieron cantando"
Así reza mi padre cuando algo sale mal.
- y por qué dices eso, papá?
- Porque muchos españoles cuando volvieron de luchar en Cuba se encontraron con que ya no tenían ni mujer. Y aún así cantaban porque volvían a casa. Después de perder la guerra.
Yo no sé lo que se perdió en Cuba.
Ahora, de perder sé un rato largo.
Como todos.
Los hay que callan y los hay que explotan, muchos juegan con las drogas y alcohol, muy pocos lloran.
Yo escribo.
Cuando el mundo se me viene grande, cuando la realidad no es del color que me gustaría, cuando caigo y cuando vuelo.
Escribo para sacar lo que siento hacia afuera y guardarlo en algún sitio más cerca de mis pestañas y más lejos del corazón.
Donde no duele.
Esa manía que tenemos de escondernos del dolor.
Que es mejor huir que sentir.
Que es más fácil cambiar de guerra que seguir luchando una batalla perdida.
Bandera blanca. Caballito blanco.
Y a mí que no me hagan lo que hago a los demás.
Escribo.
Escribo hoy.
Porque siempre doy segundas oportunidades a quien se lo merece.
Pero no terceras ni cuartas.
Que sé que segundas partes nunca fueron buenas.
Y aún así me empeño en empezar una vez más.
Por si acaso. Por mí que no haya sido.
Ya me decía mi madre que todas las cabras tiran al monte.
Pero yo escribo.
Aunque me deje el corazón al descubierto y le diga al enemigo donde me duele.
Cuando el peor enemigo somos nosotros mismos y nuestro empeño por ganar.
A veces, ni siquiera importa perder la batalla.
A veces, es más útil rasparte las rodillas y ensuciarte de barro en los charcos.
Que el barro es igual para todos y cuando caemos hay que levantarse.
Cae 7, levántate 8.
Y quizás cuando te levantes y mires hacia el sol que sale en un nuevo amanecer, te des cuenta que nunca se trata de lo que ganas si no de cuanto te importa lo que pierdes.
- Eres una persona herida, me dijo, eso te hace vulnerable.
- Te equivocas. Me hace peligrosa. Yo ya sé que puedo sobrevivir.
1 comentarios:
Precioso
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